Hambre oculta (malnutrición), ¿cuál es la definición y cómo se produce?

«El hambre oculta debida a la carencia de micronutrientes no produce hambre tal y como la conocemos. Puede que no la sientas en la barriga, pero ataca al núcleo de tu salud y vitalidad.»

Más de 3.000 millones de personas en todo el mundo sufren una carencia de micronutrientes a pesar de una ingesta calórica diaria adecuada.

Cuando pensamos en malnutrición, tendemos a pensar en la gente de África que sufre escasez de alimentos. Estos problemas existen en todo el mundo, pero el hambre oculta es uno de los grandes menos conocidos por el europeo medio. Los minerales cuya carencia es más frecuente son la vitamina A, el hierro, el zinc, el folato y el yodo.

Pero si seguimos una dieta variada, ¿cómo podemos seguir corriendo el riesgo de sufrir carencias de micronutrientes?

Una de las principales causas es nuestro suelo. Cómo tratamos este suelo. Utilizamos principalmente abonos químicos para fertilizar nuestro suelo y pesticidas para matar las malas hierbas y los insectos.

El microbioma (bacterias, arqueas, hongos, algas y pequeños protistas) de nuestro suelo se ve muy afectado por el uso de fertilizantes y pesticidas químicos. Esos microbiomas están presentes en el suelo y son fundamentales para nuestra flora intestinal. Una carencia prolongada de este microorganismo puede provocar una absorción deficiente de vitaminas y minerales en nuestro intestino.

Las semillas también desempeñan un papel importante en esta malnutrición. La población es relativamente ajena a este problema. Pero si hablamos de semillas, hablamos de la parte más fundamental de nuestra alimentación. Porque las semillas son una de las principales fuentes de alimentos que consumimos hoy en día, ya sea directa o indirectamente.

La modificación de las semillas suele dar lugar a mayores rendimientos, pero con menos proteínas, vitaminas, minerales, antioxidantes y polifenoles. Como ejemplo, consideremos la variedad moderna de trigo. Se ha descubierto que las variedades modernas tienen una fuerte correlación con una población cada vez más intolerante al gluten, además de que las variedades antiguas contienen un 35% más de minerales que las modernas.

Las empresas que venden esas semillas tienen el monopolio de esta industria multimillonaria. Esto se debe a que cerca del 65% de todas esas semillas en el mundo están ahora controladas por esas cuatro corporaciones internacionales. Pero, ¿qué significa controlar las semillas? Esto significa que un agricultor irá al mercado a comprar sus semillas, pero no tendrá una amplia selección donde elegir. En Estados Unidos ya es casi imposible comprar semillas de maíz o soja que no estén modificadas genéticamente.

Además del mercado de semillas, también existe un monopolio en el mercado de pesticidas. Un punto interesante es que las 4 corporaciones internacionales que venden las semillas también tienen el monopolio del mercado de pesticidas.
Pero si tengo una empresa que vende semillas y pesticidas, ¿por qué debería vender semillas que no necesitan pesticidas?

La conclusión es que hay grandes intereses financieros que perpetúan la desnutrición.

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